sábado, 2 de febrero de 2013

Una casa de palabras

Nos quedamos en julio y las horas vinieron a tejer días que no se emarañaron pero hicieron densos los caminos para llegar a la escritura.
Los dedos siguieron deslizándose por los teclados, acariciando otras herramientas de escritura pero sin tocar las fuentes de poemas, rimas y otras ideas vanas.
Más de seis meses durmiendo en los telares , más de 100 días sin sumar ideas de contemplación, sin descanso buscando otras virtudes de las palabras que ayuden a hacer un futuro de posibilidades más claras.
Más de 1000 horas con la luz encendida como una linterna buscando nortes y guías.
Pero sigo estando aquí, y vendrán días dónde, recuperadas esas otras palabras harán danza entre ellas recreándose, buscando otros destinos, bailando por las plazas con las risas o paseando los sentimientos dejándolos mecidos en buscados rincones.
Seguirán las palabras jugando commigo y yo con ellas, sin día ni hora.
Atraídas por mi mano y alojadas entre los rincones de mis pensamientos como cojines dónde reposar las otras frases no tan relajadas.
Una casa de palabras para jugar con ellas, como una casa de muñecas...
una casa de palabras.

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