viernes, 19 de noviembre de 2010

Hojas secas

Fueron azules
como un azul de mar con tonos lilas.
Fueron objeto de miradas y sonrisas.
Fueron y ahora son todavía flores.
Flores secas.
Su olor , desvanecido,
solo se resalta en aquellos días húmedos.
Aroma de heno, hojas secas,
es lo que queda.
Sin embargo,
cuando entro a casa
las saludo
recordando la hermosa primavera.
Avanzado el otoño,
luces cortas,
días tenues,
vacío en los paisajes,
horas sin luz.
Los días nos anuncian cosas muertas.
Hay que volver a explicar
desde dentro hacia fuera
que la vida existió
y sigue existiendo en ellas

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Hacia nosotros

Las visitas se agolpaban a la entrada. Todos querían ser los primeros en verla. Hacía tiempo que no venía, que no mostraba aquel brillo, aquel halo que la rodeaba.
La mano de un niño se acercó a ella y fue respondido con un aroma tenue , un perfume poco conocido, aséptico,rotundo tal vez. El niño no cesó de tocarla hasta encontrar la fuerza de su mano.
Había sido el centro de vida de muchos de los que estaban allí y aúnque ahora también lo era no parecía serlo por las mismas razones.
Ella permanecía quieta, alzó los ojos y miró hacia nosotros. Levantó la mano lentamente, miró la sala llena de gente que posaba sus ojos en su rostro. No pudo evitar que una sonrisa saliera tímidamente por su boca. La mano se estiró aún más,... hacia nosotros... buscando un abrazo infinito, amplio, que nos abarcara a todos.
Miró a su alrededor, por fin volvía a casa, por fin estaba entre los suyos, entre nosotros.
Siempre había mirado hacia nosotros y ahora, todos devolvíamos la energía que siempre nos traspasó con la esperanza que la recuperara para poder darla de nuevo.

martes, 2 de noviembre de 2010

Antes del adiós


Hubiera caminado hasta allí mil veces si se lo hubiera pedido, pero no dijo nada. Siguió allá, casi tan lejos como cerca y no pronunció palabra. Los pies permanecían anclados al suelo, ambos seguían a la misma distancia, aparentemenmte impávidos, como atraídos por el imán potente del asfalto . Sin embargo, de la misma manera que no conseguían acercar sus cuerpos, sus mentes seguían enlazadas a través de las miradas mutuas, sostenidas cuales rayos inquisitivos que buscaban unirse en uno solo. La mirada no cesaba de forjarse segundo a segundo, pero tampoco hablaba. Una extraña lección de física para describir el poder de la distancia y del recuerdo al mismo tiempo.
Al cabo de los años, que se antojaron miles para ambos, volvieron a cruzarse en una misma ruta. No estaba planeado, fue rápido, pero de nuevo cuando las miradas se posaron se produjo la misma sensación. Ninguna palabra salía de sus bocas, ningún gesto, ninguna similitud al saludo o al adiós. Durante unos minutos las miradas volvieron a aparecer fijas diciéndoselo todo por dentro. Pero todo quedaba dentro.
Pasaron muchas tardes y noches con sus días. El último encuentro tuvo una mirada cabizbaja hacía la tierra roja removida. Allà no había más miradas. Pero la suya desnudaba la tierra con los ojos queriéndose encontrar otros ojos abiertos, intensos y potentes que le decían que aún quedaban muchas cosas por decir... y , tal vez, hacer.
No hubo más tiempo para el entendimiento. Éste se hallaba condenado y proscrito porque no quiso salir por la boca y las manos de los que se empeñaron en dejarlo para el futuro.
La mirada se sintió más sola y vacía que nunca, casi sin sentido. No tuvo más remedio que repensar sus pasos y añadir matices de dulzura para continuar el viaje con aquellos con los que aún la podía compartir.
las flores, crisantemos y margaritas, alzaron sus pétalos implorando ese cambio. las últimas flores percibieron una lágrima y una sonrisa al mismo tiempo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Sin olor


Octubre:
El olfato descansa tras un compendio de viscosidades propias del otoño. Mis ojos agudizan su mirada pretendiendo oler sin saber que no pueden. No puedo oler ni las flores, ni mis perfumes, ni los rincones de mi casa. Siempre me siento extraña. Me cuesta vivir sin olor. Me falta un sentido. Las cajas de pañuelos adornan en hilera escritorios, lavabos y el dormitorio.
Tengo necesidad de recordar olores, de recorrerlos y saborearlos.
La esperanza es la misma de cada año. En pocos días... ya está. ¡Es otoño! Los resfríados te visitan. Paciencia.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Reencuentro


Cuando llega septiembre me inunda una sensación de nuevo aliento, de curso estrenado, de ilusiones sacadas de la varita mágica de un mago. Empezar el curso escolar es para mi un nuevo año, más que en el uno de enero.
El poder convivir con ciertas rutinas del verano y de septiembre me hacer sentir repetida en acciones pero segura de mi misma poque todavía puedo con ellas, porque aunque me queje no mé dan más cansancio que otras veces ni aparecen sombras que desmerezcan su realización.
El verano se acaba, los aromas se hacen cada día más pequeños. Quieren volver a su caja, a su frasco, al interior de cada piel.
Se perciben los aromas de las compañías que cada año tienes a tu lado y se renuevan las pieles más jóvenes y los ojos más abiertos.
Mientras tanto la naturaleza va haciendo y dejando que la temeperatura nocturna dé a la mañana nuevos aromas- que lejos de ser transcendentes- recuerdan que el ciclo se repite, que se acercan los días más cortos y la frescura en el tacto de la piel, en las flores, en los objetos, en uno mismo.
Me gusta la luz y la de ahora es intensa, manchada de un amarillo otoñal pero que se deja mirar mejor.
Todo y que la piel se seca y se cubren los poros, el tacto es agradable. Apetece más la proximidad, el contacto con los tuyos.
Los cuerpos se reencuentran en las sábanas se abrazan a ellas y también se acercan y se rozan entre ellos. Los sentidos impulsados por una calor en proceso de marchitarse exploran las pieles, las manos, los cuerpos. El roce momentáneo es caricia, no hay desasosiego por la calor que atosiga en verano y pide la distancia para respirar.
Me gusta el otoño, aunque los días sean más cortos.
Aún faltan unos días para que llegue de verdad.

martes, 24 de agosto de 2010

De vacaciones


Cuando sales al mundo, a pasear por otras calles, a pernoctar en otras casa se funden muchas cosas en tu mente. NO puedo evitar que mi olfato perciba quien durmió antes que yo en aquellas camas, o paseó por aquella cocina...
A veces es excesivo. Notar que allí donde duermes alguien , con otro aroma.. estuvo allí hace unas horas. Es la sensación de cama ocupada por alguien que no conoces , de visitante a lugares prohibidos, como si un viajero desafortunado se hubiera metido entre tus sábanas, o pùesto en medio de tu marido y tú.
Compensa esa velada o " desvelada" nocturna el abrir la ventana y contemplar las imágenes y olores del exterior: entre verde hierba y aroma de pueblo antiguo pero nuevo- poco usado- tibio y fresco.

domingo, 30 de mayo de 2010

En olor de multitudes

Llega el calor, y con ello , en la calle las personas se reúnen, los acontecimientos sociales al aire libre se multiplican, en innumerables pueblos y ciudades persiste un olor nuevo, de temporada: la cerveza, el pincho, las emanaciones de sudor...
las multitudes se agrupan para bodas, comuniones, carreras, caminatas; las barbacoas, las cenas, los encuentros. En nuestra cultura, año tras año, primavera i verano, parte de otoño nos recreamos en los acontecimientos sociales que llegan propuestos por nuestro entorno y también propuestos por esa parte de la sociedad más abstracta que también nos dirige pero cuyos hilos cuestan de ver.
Quiero destacar aquellos acontecimientos en los que unos pocos hacen alguna gesta competitiva- a veces coíncide con un buen deporte- y trás de ellos un grupo numeroso de personas se aplegan para vitorearlos, animarlos o maldecirlos. Estos eventos, según su ranquinkg social y económico, se ven acompañados de polícias, ambulancias, patrullas de todo tipo que a menudo van trás aquellos que realizan la heróica gesta. Todo un fenómeno social.
Hasta que punto avivan la llama del deporte, de las cosas bien hechas... ! Tengo dudas.
A veces se organizan caminatas, encuentros dónde toda esa parafernalia está bien ausente- no por ello innecesaria-.
A veces te encuentras carreteras cortadas inesperadamente, dónde los policías te apremian a quedarte quieto para dejar passar a otros protagistas del camino. No te da tiempo a explicar que quizás vas a un hospital, o que llegas tarde a un acontecimiento que para tí es importante. De hecho , ¿te acompañararían al hospital si fuera necesario? ¿ Te escoltarían si llegas tarde?
El grupo sobre el individuo prevalece sobre muchas cosas. Eso no es malo ni bueno, pero pone en contradicción continua la misión de nuestras vidas de cada día.

sábado, 22 de mayo de 2010

Pan



Hay un aroma que define las estancias donde todos se reúnen en una casa. Si tuviera que escoger éste seria el que más lo define: el del pan. Pan recién hecho, redondo, alargado , pequeño; hecho en el horno o en la máquina o recién comprado. Padre e hijo no podrían pasar sin él. En la infancia se funde el aroma a bebé con el aroma a pan húmedo- mordisquedo y saboreado en los paseos en cochecito-. En el invierno hace aroma de hogar, de estar juntos, de calor, de vida.
El pan, todo y no ser alimento de mi devoción, me evoca la infancia , aquel olor de los hornos cuando iba a la escuela y después al instituto, aquel tostado intenso y perfumado, las meriendas de pan con azucar, manteca y vino, las culecas en el jueves lardero ( pan con un huevo y chorizo dentro), las sobremesas llenas de migas tostadas que desaparecían al final de la conversación, los bocadillos de tortilla de las excursiones, las acampadas, las cenas y las recenas de verano, los amigos, los abuelos, los padres.
Actualmente nuevos aromas de pan hay en mi cocina: harinas nuevas de espelta, de kamut, cereales integrales mezclados con semillas. Mi mano los amasa, igual que las pizzas, y mientras tanto todos los recuerdos juntos me hacen sonreir.

lunes, 17 de mayo de 2010

Amanece, que no es poco





Són las siete, amanece. Algunas nieblas recogidas en la noche se levantan con ánimos de querer marchar. Todo está algo tranquilo. Empieza el día y la gira por el mundo. Desde mi terraza miro el sol que lo empuja todo con su fuerza: la niebla , el color de las flores, los aromas de la mañana...
Después de varios meses conviviendo con las consecuencias de la "crisis", me pongo a pensar de otra manera:
Amanece, que no es poco.
Puedo ver el sol cada día y sentir sus caricias, igual que las de los míos. Puedo escuchar las voces de los que me quieren en todos los humores- risas, llantos, tristezas- . Puedo abrazar y ser abrazada. Puedo tener esperanzas. El futuro es más incierto que de costumbre, pero... tengo tantas cosas que me permiten sentirme rica, ...y no solo en espíritu.
Mis flores, mis lanas y mis hilos, los libros, el escaso y saboreado tiempo de descanso. Y un sin fin etcétera de pequeñas cosas .
Tengo a mis pensamientos donde yo quiero y mis manos son libres : puede trabajar y hacer infinidades de proyectos.
Tengo a mi mente imaginando futuros, y aúnque a veces me invada la tristeza, ya me haré una manta de lana para que no me enfríe y cubriré mi piel con el aroma de mis flores.
Una vez más los sentidos nos reconfortan de los malos momentos.
Hay que saborear cada instante, hay que vivir cada amanecer.
Hay que volver a amanecer y esperar aventuras de final feliz.

sábado, 15 de mayo de 2010

Entre amapolas

Me recuerdan a los campos de trigo, todavía verde;
a los setos que crean en los huertos;
a las lineas de rojo de los caminos,
 al verdor emergente de la primavera
anunciando los primeros calores
que empujan a desnudar la piel.
Ella no tiene un aroma especial,
 pero su imagen reúne los miles que la rodean.
Como decía la canción:
" Amapola, lindísima amapola..."
nunca, nunca... estarás sola!!

lunes, 10 de mayo de 2010

Entre verdes

Algunos de los ratos que paso entre el verdor de mi humilde jardín siento una sensación de refugio, de segunda casa, entre la fiereza de hojas grandes y el saludo tímido de las hojas chicas. Cuando todavía no han salido las flores, solo las hojas, me siento entre ellas como si en una plaza estuviese, y las miro, como interrógandolas, como pidiéndoles cuando vendrán los colores y aromas miles, como pidiendo un tumulto de compañía.
Ellas, las hojas, se mueven ayudadas por el viento suave de los días claros, largos y abiertos. Pero no responden, dejan que las siga interrogando día trás día, hasta que adivino entre sus recodos las puntas de color.
Cada día, en la mañana, al mediodía y , a veces, en la tarde salgo a la búsqueda de respuestas, de color, de aromas.
Cada día.

Una rosa: Julio Iglesias


No me cansa acercarme a su corola para coger como de un tesoro grande un pellizco de su aroma.
Una rosa como ella me evoca paseos mediterráneos entre casas repletas de flores, noches a la luz tenue de farolas y lunas.
Marca la primavera en sus pétalos entre crema y frambuesa.
Limón y rosa lleva en su corazón. Profusa en aromas y matices se complementa con su belleza.
Lleva en mi vida solo dos años y ha encontrado su rincón.
A veces corto alguna y la pongo en el salón. Cuando llego a casa me saluda nada más abrir la puerta. Un abrazo de perfume llega hasta mí. Y así será hasta el próximo otoño.

viernes, 7 de mayo de 2010

Armarios y arcones



En casa nuestros armarios tienen nuestro olor, nuestro perfume, nuestro detergente. Es tan nuestro y está tan impregnado que no lo detectamos.

Únicamente , si nos llevaran a ciegas detectaríamos que estamos en nuestros espacios y más si abrimos los armarios. Porque están cerrados y conservan nuestras esencias personales.

Otro caso es el recuerdo de los armarios que acompañaron nuestra vida; en la infancia, en otras casas donde hayamos vivido, aquellas que frecuentemente visitábamos...

Solamente de la solera de un mueble, del material que está hecho, con los productos que se ha cuidado, el tipo de ropa que se ha metido, la limpieza de sus rincones y de su contenido, solamente con eso tenemos una imagen olfativa imborrable.

Me detengo en los armarios de mi infancia: las abuelas, el olor a las bolas de naftalina y a algodón limpio. Cuando entraba la ropa, a casa ventilada; cuando salía , a la mezcla del olor a membrillo o a manzana, y en los sitios más recónditos a naftalina.

En casa de mis padres persiste un armario antiguo, obra de un hermano de mi madre. Está cuidado y en su interior se atesoran los alientos y perfumes familiares: tibios y agradables.
Es como abrir una caja de tesoros.

Ahora, cuando abro el armario de mis hijos pienso que ellos también tendrán un recuerdo parecido con el tiempo. De momento, se está inventando en sus mentes.

lunes, 26 de abril de 2010

Tránsito de aromas


En estos días en que miles de aromas se posan incesantes en todas partes buscando el rumbo del sentido que los perciba quiero destacar la intensidad con que lo hacen y lo efímeros que resultan. Porque el calor les da fiereza, llamada intensa para que el olfato más simple los recoja, pero transcurren rápidos: las flores se marchitan más rápido, las ventanas se abren y el aire circula llevando y trayendo nuevos; las narices se saturan, la gente pasea por más sitios, se abre a las calles, a los paseos, a los caminos. La gente se topa con miles de aromas.
Al final la nariz se satura, sabe que ha olido , ignora lo repetido. La nariz sabe que ha olido mucho y no le resulta nuevo, cierra a ratitos el olfato. Descansa.
Y mañana , nuevo día de primavera, vuelta a empezar.

martes, 20 de abril de 2010

Las manos

Algo tan voluble y personalizado como es el aroma de unas manos merecía un capítulo y medio. Las manos siempre huelen. Huelen a la persona, a la vida que lleva, al jabón que usa, a lo que ha tocado y no ha tocado, a lo que ha hecho y no ha hecho.
Cada día tengo cerca de mí algunas decenas de manos. Són manos jóvenes, la mayoría, y cada una de ellas ya trasmite su corta historia y sus experièncias durante el día. El roce, el contacto cercano me permite saberlo.
Las otras manos són como las mías- no son tan próximas- pero en el saludo, en el adiós, en el cómo te ha ido, en el cómo estás te transmiten ese leve o intenso perfume.
Asociamos el olor de una crema, de los lapices o la pintura, del perfume personal, del cuero del bolso, del almuerzo, del café,... las manos lo tocan todo.
Nos tocan por la espalda y por el aroma sabemos quien ha sido.
Los aromas nos definen en todo.
El aroma de las manos hace que nos acerquemos a ellas o nos alejemos.
Manos de recuerdo son las de mi abuela: olían a unos guisos que repetía con frecuencia.
Manos de mi madre: A una crema de manos concreta.
Manos de mi marido: A jabones agresivos.
Manos de mis hijos: A miles de aromas- se las lavan lo justo y dan más pistas de lo que hacen.
Manos de mis alumnos: a tierra, a lápiz, al almuerzo, a las lágrimas cuando las hay, al material de un juguete......
Manos y manos. Aquellos que no ven tienen mucha información a través de las manos, aún sin tocarlas.

El aroma de las freesias


No me canso de mis flores. Uno de los primeros aromas que despiertan mis sentidos son ellas. Me recuerdan a la colonia de mi infancia, fresca n infantil, entre el limón y otros aromas limpios y abiertos.

jueves, 1 de abril de 2010

El aire

El aire toma color, un color invisible de vestido de colores, de formas sinuosas o sencillas.
El aire toma fuerza y hace volar su falda ante nosotros esparciendo semillas, barro, aroma a mar o a agua...
El aire coge impulso y trae el grito de la ventana abierta, de la música de sábado o de cualquier día y te lo trae cerca.
El aire viaja rápido llevándote recuerdos , a ellos te acerca.
El aire te transporta, te hace ligera, empujándote calle arriba para que cojas ritmo a tu vida.
Eres así, aire de primavera.
Nos traes, nos llevas, nos trajinas, nos empujas, nos revoloteas,....
como un joven que quiere vivir la vida rápido y sin cuerdas.
Aire de los aires, vuelas hacia arriba, queriendo subir y trepar, volar y correr...
¡Llévame donde tú quieras!

Vuelven


Vuelven las cabriolas de los pájaros, en su imparable búsqueda.
Vuelven los aromas intensos, mezclados, de flores y arbustos.
Se intensifica todo: el olor a humano, a máquina, a ropa limpia o sucia.
Todo convive.
Es, como si todo hubiera estado aletargado, dormido.
El calor suave lo va despertando.
Y las moléculas, fecundas , revolotean cerca de nosotros paseándose alegremente por nuestro sentido más sutil.
Hoy huelo a....
primavera.

los jabones de olor


Me gusta tener jabones que huelen bien, con aromas naturales a flores. La lavan da, las lilas, las violetas, el limón, la madreselva.... son algunos de mis preferidos.

viernes, 26 de marzo de 2010

Sin soledad


Sin soledad me siento cuando empiezan a brotar las flores que te hablan constantemente con su aroma. Los alhelíes, los jacintos, las hojas olorosas de los geranios, la menta, la Maria Luisa....
Cuando voy a mi pequeño jardín ellas me saludan con su aroma y yo me vuelvo hacia ellas, me acerco, a veces las toco y , finalmente, sonrío.
Es un saludo constante y perenne. Ellas están ahí, parecen tan quietas, tan inmóviles, y sin embargo , lo invaden todo. Es una compañía cercana, que casi te da la mano y te ayuda a pasar, como si fueras una reina en vítores del pueblo.
Mi pequeño jardín es una plaza de pequeñas macetas donde conviven rosales con otras flores más modestas. A todas las quiero por igual, ellas me ofrecen lo mejor de sí.
Ahora muchas quieren abrir sus primeras flores. Es como tener una maternidad dónde van a llegar mucha gente nueva, nuevos saludos, nuevas sonrisas ... y aromas que me dejaran completamente sin soledad.

miércoles, 17 de marzo de 2010

Sin olor: la sonrisa


No me huelen a nada las sonrisas, pero me irradian energía, una energía que ilumina mi cerebro y recarga mis ilusiones. No las asocio a ningún olor porque la sonrisa sale de dentro y porque hay muchísimas sonrisas que recordar. No hay ninguna que me haya marcado. Quizás la de mis hijos cuando eran pequeños, por su energía y dulzura natural; algunas que recuerdo son fingidas, no concuerda la sonrisa con el resto de la expresión.Pequeños o descuidados gestos delatan su falsedad. Realmente la sonrisa de los niños es perfecta.

martes, 16 de marzo de 2010

Las lágrimas

Huelen a agua salada caliente, más bien tibia, pero se antoja caliente si has llorado mucho, ya que reseca tu párpados. No sé si todas las lágrimas huelen igual pero siempre he pensado que su apariencia de cristal brillante no me recuerda a la sal , sino a la agua que brota en los arroyos jóvenes.En los demás no las veo tan amargas como las mías. Las lágrimas de emoción son pasajeras, llevan menos sal; las lágrimas del odio, de la desesperación dejan los párpados de color oscuro como si la sal los hubiera quemado. Solo las lágrimas de un niño tienen el equilibrio justo. También hinchan los ojos pero su transparencia las hace parecer más nítidas, como si la sal se hubiera disuelto o desaparecido. Un niño es más transparente que un adulto. Ha vivido menos y sus emociones son nuevas, salen desatadas como los cahorros salen a jugar. Los mayores tenemos las madejas de las emociones juntas, a veces líadas, el amor, el odio, la esperanza, poco lugar para la sorpresa. Por eso nuestras lágrimas, aunque contenidas muchas veces, queman cuando salen a fuera.
El mar es mar porque las emociones nos invaden, no hay lágrimas puras , todas tienen el sello de la sal, todas vienen de un sentir. El sentir nos hace creernos vivos. Por eso la mar es tan salada.

lunes, 15 de marzo de 2010

Aroma dulce de mimosa.


Entre vainilla sosa y algo etereamente dulce tengo el recuerdo de la mimosa. Cada año en Febrero la espero de la mano de alguien que la posea cerca de casa o en su jardín.
Por ello su recuerdo es de un aroma sumado a sonrisas ,las mías y las suyas. Un buen cuadro de recuerdos.
Es tan vergonzosa, pliega sus hojas, como si tímida fuera. Sus flores son soles pequeñitos que saludan, como soles niños que juegan juntos en una plaza, o en un árbol.
Son soles que no marcharan lejos en mucho tiempo, porque cuando se marchiten tendrán un lugar en tre mis cosas, al llegar a casa, para recordarme que ya llegan los soles grandes de primavera, las tardes llenas de luz y el misterio de muchas flores por abrirse.

jueves, 11 de marzo de 2010

Perfume de violeta


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Todavía es época de violetas. El resto del año tengo algunos perfumes para deleitarme. Verte Violette de l'artisan parfumeur recuerda las violetas recién cortadas con olor a hierbas. De Penhaligon's, una casa inglesa la violeta es más elegante, más cerrada. Por último pude disfrutar de una pequeña muestra dónde el aroma se intensifica,es de Creed, Love in Black.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Nieve en marzo

Mucha nieve. En pocas horas se tiñó de blanco. Desaparecieron los contrastes del color, todo estaba tapado. solamente figuras adolescentes circulaban por la calle admirando y conviviendo con la novedad blanca.
A mí me vinieron recuerdos, hace diez y siete años....
¿A qué me huele la nieve?
Cuando he ido a monaña, ya había nevado. No recuerdo un olor especial, quizás a agua y barro, a frío.
Pero la asocio al aroma del pan, de coche viejo y húmedo, a metal, a gases de combustión de coches y camiones.
Hace muchos años estuve en la carretera 7 horas conduciendo- o desfilando- a paso de tortuga. La nieve lo había cortado todo, -! ay! país no preparado casi nunca-. Los aromas no eran agradables. No llegué a oler el miedo. El olor de la barra de pan para la cena me reconfortó, todo y que, no llegó a la cena de casa compartida, solo a mí boca ávida de nerviosismo y hambre en las últimas horas.
Cuando llegué a casa traía olor a metal, a automovil. Unos abrazos largos, intensos, unos besos y unas sonrisas de tranquilidad convirtieron la jornada en una aventura.

viernes, 5 de marzo de 2010

Más lluvia

Este invierno no ha parado de llover y hacer frío. Ningún año he echado de menos la primavera como éste. Pero parece que ya se acerca. Las gotas de agua huelen diferentes, aunque frías transportan algun pequeño aroma de allá donde estuvieron como gotas de rocio, en algunos momentos asoma a la nariz una leve señal de olor a tierra mojada, limpia y húmeda.
Las hojas huelen más a hojas. Todos los perfumes se acentúan. Llega volando como una exhalación entre los vientos, pero todavía tímida. Quisiera que llegaras y conservarte eternamente, primavera.

domingo, 21 de febrero de 2010

La lluvia

Lluvia fría, llegas a media mañana y arrojas tu humedad sobre mis sueños de primavera. Llega la próxima vez con viento suave trayendo aromas densos que anuncien que el agua de tus nubes ha pasado por dónde haya llegado la primavera.
Quiero decirte algo, cerca, al lado de tu gota más pequeña: sé buena, sé dulce, sé cálida, sé agradable y fina para poder pasear sin paraguas, sé aguacero de noche, aguacero suave para regar mis plantas.
Acércate por las aceras de mi calle de esa manera.

sábado, 20 de febrero de 2010

¿Cuándo llega?

He bajado a ver mis flores. No están. Alguna tímida caléndula quiere asomarse. ¿Sabeis qué busco?.... el aroma de la primavera!
!Pero no viene, no llega! Las hierbas no huelen tanto a hierbas. Falta el empuje de un sol más intenso que dé brillo, un brillo que ellas buscan deseperadamente para salir al exterior. Las hojas en su tamaño más ínfimo están escondidas dentro de las ramas, empujando hacia afuera,creando unos botoncitos a lo largo de cada una de ellas que anuncia desesperación por salir.
Primavera, ¿Cuándo llegas?

lunes, 15 de febrero de 2010

La lana

!Que tiene la lana, ese humilde producto de las tan humildes ovejas!
Su olor primitivo en cuanto que recuerda al animal no es mi preferido pero sí me evoca excursiones por los páramos castellanos y algún que otro prado. Una vez transformada la lana se adapta a aquel que la transporta y adopta sus olores naturales o añadidos. Con todo, recién lavada muestra un aroma que emana calor, cobijo.
Me gusta oler y acariciar la lana al mismo tiempo, especialmente si es de calidad. El sinfín de sus usos y transformaciones es equiparable al sinfín de aromas que puede transportar. Son menos efímeros que en algodón y más agradables que sobre las fibras artificiales.
En invierno, en un invierno como este- bastante fresquito-, dad lana a mis sentidos.

sábado, 13 de febrero de 2010

Los botones

Hoy he buscado botones entre mis cajas y botecitos. Siempre los he atesorado como vi que lo hacían las mujeres de mi familia. "No hay que tirar nada, siempre puede usarse para otra prenda".
Y así ha sido. Durante muchos años.
Cuando abro estas cajas todavía percibo el recuerdo del olor de las prendas: las batas, las chaquetas , aquella blusa , aquel vestido , la ropa de trabajo. Los que no tienen recuerdo de olor son heredados, y no conozco la prenda de donde proceden.
Olores a papilla, a perfume antiguo, a comidas en la bata del cole, a pegamento, a metal, a la casa donde uno vivía....., el olor a la madre, la tía, el abuelo, la suegra, los hijos.
Como relacionamos todo, ¿verdad?

lunes, 25 de enero de 2010

El sueño

Viene el sueño y hasta la nariz se pone a dormir. No te despierta un olor si estás muy dormido.
¿Puedo soñar olores? No me lo había preguntado hasta ahora. Quizás sí puedo, al menos soñando las cosas que me los recuerdan.
Nunca he soñado en mis sueños`perfumes deseados o aromas agradables ni sus opuestos.
¿Me despertaría el olor a fuego, a quemado, a café, a la ducha , a la lluvia?
No lo sé. Nunca me ha pasado.

miércoles, 20 de enero de 2010

Violeta

Las violetas comienzan a salir tímidamente en los bosques. Su aroma siempre ha sido nombrado por poetas y románticos. Parece una flor meláncolica, quizá porque emerge entre el frío. Su aroma es ténue. Pocas veces tenemos ocasión de olerlas. Pos eso a lo largo del tiempo he ido comprando algunos perfumes o aguas de colonia de violetas. Me gusta el que hace Penhaligons y l'Artisan parfumeur. El primero es más floral y elegante y el segundo recuerda más a las hojas verdes del bosque.

lunes, 18 de enero de 2010

La soledad

El olor a soledad es un olor a inerte, a armario cerrado, a no querer abrir las ventanas por miedo a que marchen los recuerdos buenos. La soledad se ceba en el olor vacío de la ropa, de las manos que no acarician. Los sentimientos no compartidos no huelen ni a la sal de la lágrima. La lágrima se esconde porque teme que su fruto no sirva ni para el desahogo. La piel huele a soso porque lo que se ha vivido cada día no aporta alicientes.
La soledad huele a un sufrimiento sin sangre aunque a veces en la piel se queden algunos retazos de olor a farmacia, de olor tenue o profundo de bálsamo que cura los males de tristeza.
No siempre se percibe el olor a soledad ya que éste queda relegado por la intensidad de los otros olores que la rodean.
La soledad, de día y de noche,.... quien sabe si ya ha perdido hasta el olor.

sábado, 16 de enero de 2010

Árboles

¿Quien me dice que nunca ha percibido aroma a árboles?
A veces se huelen y otras no. En medio de un páramo quizás huelas a poco, sobre todo si el viento no acompaña. Pero enmedio de un hayedo frondoso o entre abetos altivos te invade un aroma profundo como si contínuamente rocíaran tu cuerpo con él. El aroma a pino és balsámico. El aroma a encina recuerda a estepa y campos de Castilla.
Cuando hace más calor y es primavera las hojas nuevas de álamos, olmos, chopos y otros árboles de ribera te ofrecen un aroma a modo de saludo al caminar entre sus veredas.
Es un masaje para los sentidos desplazarse entre ellos. Únicamente alguna alergia puede nublar este posible placer. Si además pensamos que ellos nos ayudan en nuestro devenir diario, ayudándonos a pensar mejor, oxigenando nuestras ideas..
¿Quien no quiere construir una gran parque temático de perfumes arbóreos?

lunes, 11 de enero de 2010

El olor del cansancio

¿Cuando sabes que estás cansado? Normalmente un sinfín de sensaciones personales te lo indican. Una de ellas es la percepción que tienes de los olores. Se te antojan más intensos o diferentes. El propio olor estorba. Aparece la necesidad de no percibir. Una ducha de agua fina sin olores añadidos para luego reconfortarte con los aromas más tenues de tu lugar de descanso es lo que más deseas.

domingo, 10 de enero de 2010

La casa

Cuando entras a una casa, especialmente cuando no es la tuya, percibes un entorno ya en el recibidor. Se mezclan los olores de las personas, si hay niños o ancianos, si se está tiempo en el hogar o no, si hay limpieza, si se cocina bien, incluso a veces , en la mezcla de olores se puede apreciar si hay amor o preocupación.
Un exceso de lejía o de tabaco pueden matar la información que nuestro olfato puede captar. No obstante, la percepción constante de ambos olores ya indican una manera de actuar y de vivir.
El olor a cerrado y el olor a ventilado nos acercan creer en la posibilidad de que en aquella casa se viva de cara al mundo, abiertos y comunicativos, o de espaldas a él.
El olor a comida nos acerca al tipo de cocina y alimentos que se comen en aquella casa y, consecuentemente a si se lleva una tendencia por una alimentación más sana. No tiene que haber mucho olor a comida, las comidas sencillas y más sanas apenas necesitan cocinado. Si hay muchas mezclas de olores puede tratarse de una alimentación rica en grasas o muy entremezclada, también especiada.
Por último, el aroma a café da un final del momento que segun en que parte de la casa se halle concentrado puede indicar tertulia o separación y también dependencia de cafeína.
Cuando un olor ácido permanece en las estancias y se mezcla con olores a rancio o viejo alguna cosa grave ha pasado en aquella casa.

Perfumes eñorados

La memoria se nutre de perfumes humanos, de perfumes del entorno y de las relaciones que ambos tienen entre sí. La tierra da muchos aromas diferentes, intensos y suaves, agradables o insoportables, que nos atraen o provocan repulsión.
El hombre ha creado nuevos objetos y materiales a partir de lo que existía y ello también ha creado nuevos registros en el olfato.
Hay aromas difíciles de encontrar ahora mismo como el olor a brea de los asfaltos de hace más de veinte años, del jabón que se hacía en la casa partir de los aceites y grasas que sobraban, al pan de leña, a la leche completa, al incienso del domingo en la iglesia, a las chuletadas en el campo con leña de viña....
Cuando cambian los tiempos también cambian los olores.
Los hombres crean nuevos olores sin pensar pero también los crean a posta, para tapar aquellos que no agradan , para resaltar la belleza de otros ambientes del entorno o para acentuar un estilo ,una imagen de la persona que los usa.
Desde muy antiguo existen los perfumes. El uso de ellos también permite evocar recuerdos .
los perfumes también han evolucionado con las culturas y con las técnicas empleadas.

El olor a tierra mojada

Cuando llueve después de no haberlo hecho durante mucho tiempo la tierra deja un olor suave a barro, un olor que abre expectativas de aire limpio, de preparar las siembras, de encontrar después un cielo inmaculado, de tierra mimada. Es una ducha fina la que cae y deja un aroma especial como a gel de baño con olor "tierra limpia".
Te ensancha los pulmones y te acerca a los orígenes del mundo.

sábado, 9 de enero de 2010

Olor a lápiz

Recuerdo el olor de mis hijos cuando eran bebés. Ese olor a piel nueva, a esperanza, a lápiz recien estrenado. Olor a lápiz a lápiz de escribir y a lápiz de colores. Sensaciones de abrir un regalo, un paquete de cosas nuevas.

jueves, 7 de enero de 2010

Café a las siete

El olor a café ha definido la vida de todos los que me rodean. El café de la mañana lo toma Toni. Antes que se haya enfríado y yo haya emergido de entre las sábanas el olor a café se traduce en un beso, un beso de café, y un hasta luego.
Me gusta más el aroma a café que su sabor. El aroma a café del mediodía me recuerda al fin de semana , a compartir con la familia el tiempo, un tiempo más relajado entre actividades de ocio.
Me recuerda a la mañana , al despertar y, a la vez, a compartir con los otros los momentos.

miércoles, 6 de enero de 2010

Los primeros olores

De los olores de mi infancia el primero que recuerdo es un olor a frío. Se producíaa la llegada a casa de mis padres. Cuando abrían la puerta entraba una ráfaga que invadía el ambiente. Era un frío cálido porque se acompañaba de sonrisas y de compañía.
Ese olor a frío se conserva cuando en invierno, primavera u otoño se ventila la casa. Ese aroma me evoca buenos momentos, sensación de limpieza y de calidez.
No me viene a la memoria un olor a frío que sea negativo.
Los recuerdos se basan en sensaciones. Por eso los olores de la vida son vivencias y recuerdos imborrables.