Las visitas se agolpaban a la entrada. Todos querían ser los primeros en verla. Hacía tiempo que no venía, que no mostraba aquel brillo, aquel halo que la rodeaba.
La mano de un niño se acercó a ella y fue respondido con un aroma tenue , un perfume poco conocido, aséptico,rotundo tal vez. El niño no cesó de tocarla hasta encontrar la fuerza de su mano.
Había sido el centro de vida de muchos de los que estaban allí y aúnque ahora también lo era no parecía serlo por las mismas razones.
Ella permanecía quieta, alzó los ojos y miró hacia nosotros. Levantó la mano lentamente, miró la sala llena de gente que posaba sus ojos en su rostro. No pudo evitar que una sonrisa saliera tímidamente por su boca. La mano se estiró aún más,... hacia nosotros... buscando un abrazo infinito, amplio, que nos abarcara a todos.
Miró a su alrededor, por fin volvía a casa, por fin estaba entre los suyos, entre nosotros.
Siempre había mirado hacia nosotros y ahora, todos devolvíamos la energía que siempre nos traspasó con la esperanza que la recuperara para poder darla de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario