domingo, 10 de enero de 2010

La casa

Cuando entras a una casa, especialmente cuando no es la tuya, percibes un entorno ya en el recibidor. Se mezclan los olores de las personas, si hay niños o ancianos, si se está tiempo en el hogar o no, si hay limpieza, si se cocina bien, incluso a veces , en la mezcla de olores se puede apreciar si hay amor o preocupación.
Un exceso de lejía o de tabaco pueden matar la información que nuestro olfato puede captar. No obstante, la percepción constante de ambos olores ya indican una manera de actuar y de vivir.
El olor a cerrado y el olor a ventilado nos acercan creer en la posibilidad de que en aquella casa se viva de cara al mundo, abiertos y comunicativos, o de espaldas a él.
El olor a comida nos acerca al tipo de cocina y alimentos que se comen en aquella casa y, consecuentemente a si se lleva una tendencia por una alimentación más sana. No tiene que haber mucho olor a comida, las comidas sencillas y más sanas apenas necesitan cocinado. Si hay muchas mezclas de olores puede tratarse de una alimentación rica en grasas o muy entremezclada, también especiada.
Por último, el aroma a café da un final del momento que segun en que parte de la casa se halle concentrado puede indicar tertulia o separación y también dependencia de cafeína.
Cuando un olor ácido permanece en las estancias y se mezcla con olores a rancio o viejo alguna cosa grave ha pasado en aquella casa.

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