miércoles, 17 de marzo de 2010

Sin olor: la sonrisa


No me huelen a nada las sonrisas, pero me irradian energía, una energía que ilumina mi cerebro y recarga mis ilusiones. No las asocio a ningún olor porque la sonrisa sale de dentro y porque hay muchísimas sonrisas que recordar. No hay ninguna que me haya marcado. Quizás la de mis hijos cuando eran pequeños, por su energía y dulzura natural; algunas que recuerdo son fingidas, no concuerda la sonrisa con el resto de la expresión.Pequeños o descuidados gestos delatan su falsedad. Realmente la sonrisa de los niños es perfecta.

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