lunes, 15 de marzo de 2010
Aroma dulce de mimosa.
Entre vainilla sosa y algo etereamente dulce tengo el recuerdo de la mimosa. Cada año en Febrero la espero de la mano de alguien que la posea cerca de casa o en su jardín.
Por ello su recuerdo es de un aroma sumado a sonrisas ,las mías y las suyas. Un buen cuadro de recuerdos.
Es tan vergonzosa, pliega sus hojas, como si tímida fuera. Sus flores son soles pequeñitos que saludan, como soles niños que juegan juntos en una plaza, o en un árbol.
Son soles que no marcharan lejos en mucho tiempo, porque cuando se marchiten tendrán un lugar en tre mis cosas, al llegar a casa, para recordarme que ya llegan los soles grandes de primavera, las tardes llenas de luz y el misterio de muchas flores por abrirse.
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me encanta las mimosas y este año no tuve ocasión de verlas, sólo la Mercedes Milá por la tele, a ver mañana si me doy una vueltita, bs
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