Lluvia fría, llegas a media mañana y arrojas tu humedad sobre mis sueños de primavera. Llega la próxima vez con viento suave trayendo aromas densos que anuncien que el agua de tus nubes ha pasado por dónde haya llegado la primavera.
Quiero decirte algo, cerca, al lado de tu gota más pequeña: sé buena, sé dulce, sé cálida, sé agradable y fina para poder pasear sin paraguas, sé aguacero de noche, aguacero suave para regar mis plantas.
Acércate por las aceras de mi calle de esa manera.
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