Pintado de amapolas

Se erigen los pinceles desde el suelo
pretenciosos de pintar con colores
el mundo en que residen.
Se erigen elegantes mirando al cielo
queriendo iluminar grises y azules,
acompañando al sol en su brillante vuelo.
El color intenso e infinito
se extiende con la ayuda de los vientos
haciendo de los trigos
mil lápices de puntas cinceladas
acuarelando telas, cielos , suelos.
Las nubes, majestuosas,
miran insistentes los lienzos creados.
Las nubes, emotivas,
dejan caer gotas mágicas de brillo matizado.
Cuadros, naturalezas vivas
que el caminante encuentra
sin haberlo pedido.
Cuadros pintados casi a ciegas,
desde un patrón de todos conocido,
nos enseñais el mundo en primavera
pertrechado en colores y mecido.